Sé parte de una comunidad resiliente

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Publicat el 20 Jul, 2022

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Salvador Pérez

Creemos en los proyectos que construyen Comunidad, que son propiedad de esta y en las que sus integrantes se sienten parte. Del Camp a la Taula abre sus puertas para el desarrollo de propuestas alineadas con su propósito de crear una red de relaciones viva y creativa centrada en mejorar la vida, en mejorar la resiliencia colectiva.

Comunidad, un término bello que transmite la idea de cooperación, de unidad, de apoyo mutuo. Un término, por desgracia, en desuso. O quizá en mal uso o con un uso incompleto. Nos sentimos parte de una comunidad como ciudadanas o ciudadanos de un país, de una Comunidad Autónoma, de una empresa o, llegando a espacios más próximos, la comunidad de vecinos y vecinas de quienes vivimos en pisos.

Las comunidades son algo positivo, transformador y resiliente, pero en los contextos detallados en el párrafo anterior vemos un punto común: la delegación de responsabilidades en terceros, ya sean gobiernos estatales, regionales o locales, consejos de administración o, en su caso, administradores de fincas. Los y las componentes de estas comunidades simplemente aportamos recursos en forma de impuestos, fuerza de trabajo o pagos por servicios. A partir de ese momento nos despreocupamos de los trabajos que deben llevarse a cabo para que el objetivo común que ha dado lugar a esa comunidad se desarrolle. Podemos estar de acuerdo o no en el modo de alcanzar ese objetivo, llegar a divergir del objetivo mismo, podemos protestar o no en cómo se hace pero; eso sí, no se nos pasa por la cabeza la idea de arremangarnos y hacer.

Por suerte esto no es así de modo general, aunque sí mayoritario. No es el único punto de encuentro que tenemos con el concepto y la realidad de una Comunidad, con mayúsculas. Hay personas que comparten una visión en torno a asuntos específicos como son el cambio climático, la justicia, el medio ambiente o cualquier otro aspecto que creen que no recibe una atención adecuada. Por ello se crean y dinamizan colectivos que hacen y se co responsabilizan de cambiar las cosas. De un modo u otro, más o menos acertados, pero eso sí, haciendo.

Y es en torno a ese hacer que se construye el vínculo común necesario para construir una Comunidad, para dar ese pequeño paso que nos une en torno a un propósito mayor.

El propósito último de Del Camp a la Taula no es otro que la construcción de una red de relaciones que configure una Comunidad viva, creativa y que mejore la calidad de vida en nuestro entorno.

Un propósito claro sobre el que llevamos dos años construyendo propuestas transformadoras comoAlbal Circular; un proyecto de compostaje colectivo que une a las personas en torno al residuo y su transformación en recurso. Un proyecto que gestiona ya más de 4.000 kg de residuos orgánicos mensuales y produce en torno a 2.500 kg de compost de primera calidad, con la que ya estamos produciendo alimentos, regenerando suelo y, en su desarrollo, creando relaciones entre personas. Una realidad creada por nosotras y que queremos compartir con otros municipios que compartan esta mirada coresponsable, regeneradora y sanadora.

Otro ejemplo de este propósito es la Educación Ambiental que se imparte desde la asociación, que nace desde la experiencia real de aquello que vivimos y construimos, del conocimiento que la propia naturaleza nos devuelve. En esta línea encontramos la propuesta de taller sobre el ciclo de la materia orgánica que ofrecemos utilizando aquello que hemos aprendido con el compostaje colectivo, con las estratégias de reactivación de este ciclo que hemos impulsado desde el año 2020.

Otra de nuestras propuestas se basa en sentir la naturaleza. Un recorrido en un Centro de Interpretación de la Naturaleza disponible en Albal, el Bosque Meditarráneo, que nos hace transitar con los diferentes sentidos con los que estamos acostumbradas a percibir (gusto, olfato, oído, tacto y vista) hasta llevarnos a una conexión más profunda y real que nos abre la puerta a otro modo de comprensión de la vida.

Creemos en la necesidad de esta Comunidad, de esta forma de comprensión de la vida más amable y justa tanto con el planeta como con nosotras mismas. Una Comunidad que debe trascender nuestro tiempo de vida personal. Es por ello que trabajamos por acercar este conocimiento y esta forma de mirar el mundo a las futuras generaciones. Para ello, a través de los centros escolares ofrecemos formación a profesoras y profesores en el campo del compostaje, la regeneración del suelo y la producción orgánica de alimentos. Formamos agentes multiplicadores, capaces de transformar esa formación que reciben en contenidos y enfoques adecuados para sus alumnas y alumnos. Ellas y ellos, las y los profesores, son pieza clave en la conexión del mundo con las generaciones futuras.

Es muy gratificante y da sentido a aquello que hacemos ver cómo los profesores y profesoras que han participado en las primeras ediciones de estos cursos mantienen un diálogo a través del grupo creado en Telegram donde van más allá de plantear y contestar dudas. Entre docentes de diferentes centros educativos aparecen diálogos, reflexiones, intereses, nuevas visiones y formas de entender las relaciones con su alumnado. Así aprendemos juntas a mejorar y dar sentido a las relaciones entre personas que compartimos un propósito común y que hemos encontrado en esta formación un vínculo inicial, débil todavía, pero que trabajaremos por reforzar y seguir construyendo Comunidad. De eso se trata.

Todas estas propuestas están ya encima de la mesa, desarrolladas gracias tanto a la participación profesional de algunas integrantes de la Comunidad, como a la aportación de trabajo voluntario por parte de miembros de la misma que comparten objetivos comunes, que sienten ese vínculo real que nos une a todas las que formamos parte.

Una Comunidad autogestionada, horizontal en la que aportas, participas, aprendes y compartes. Una comunidad que construye resiliencia y a la que te queremos invitar a formar parte. Acércate a conocernos, descubre qué nos mueve y, si esto resuena en ti, empieza como voluntaria o voluntario, hay un montón de cosas por hacer y, desde ahí, decide tu grado de implicación.

Una Comunidad que pone a disposición del colegio de tus hijas y tus hijos, de los colectivos en los que participas, o de tu propio municipio una serie de propuestas transformadoras construidas desde el corazón, con profesionalidad y siempre desde el hacer. Contáctanos en educacionagroambiental@delcampalataula.org e infórmate con detalle.

Si necesitas algo más y quieres dedicar unas horas para transformar y ser parte en la construcción de un futuro desconocido, emergente, escribenos a voluntariado@delcampalataula.org. Sabemos dónde queremos llegar, y aunque desconocemos el camino, tenemos muy claro cuál es el siguiente paso.

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